- Abr 1, 2024
Número 139
*De ello se habló en la plática La salud y el rendimiento académico en la Unidad Iztapalapa
La salud y la educación son condiciones necesarias para el pleno desarrollo humano y se encuentran estrechamente relacionadas, “pues si no tenemos buena salud tampoco tendremos un buen rendimiento académico”, refirió la licenciada Galilea Sinaí Morán Ramírez.
Al dictar la plática La salud y el rendimiento académico, parte del programa por el XX aniversario del Capítulo Estudiantil de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la ponente versó sobre las circunstancias precisas para el bienestar de las y los alumnos.
Destacó que, de acuerdo a la OMS, la salud se define no sólo como la ausencia de enfermedad, sino como un estado de completo bienestar que integra la salud mental y engloba el bienestar cognitivo, conductual y emocional.
Asimismo, explicó que, de acuerdo con esta organización, debe considerarse también el ámbito social y el entorno en el que se desarrollan las y los estudiantes, contemplando su vínculo con la familia, los amigos, el trabajo y la sociedad.
Morán Ramírez señaló que entre las enfermedades más comunes que afectan al alumnado están los resfriados y gripes, que ocurren sobre todo por cambios de temperatura y de estaciones y al estar en contacto con algún virus.
Otra de las afecciones frecuentes son las enfermedades gastrointestinales, que pueden ocasionarse por un manejo inadecuado del estrés o por consumir alimentos contaminados por bacterias, virus y parásitos, lo que puede resultar en gastroenteritis, úlceras pépticas y reflujo gastroesofágico, entre otras.
Otro malestar común son los problemas cervicales, que pueden presentarse por una mala postura, por permanecer sentados durante lapsos prolongados, por hacer movimientos muy bruscos, así como por levantar peso en una mala posición.
La representante de la Coordinación de Servicios Integrados para el Bienestar (COSIB) apuntó que el estrés es otra cuestión común a la que se enfrenta el alumnado, a causa de las exigencias y demandas en la universidad, tales como exámenes, trabajos finales, presentaciones y otras tareas que se deben cumplir.
Aunque un nivel leve de estrés puede ser estimulante, en exceso puede afectar la salud física y mental, disminuyendo la concentración y la memoria, lo que puede impactar negativamente el desempeño.
Por lo anterior, la especialista en gerontología recomendó promover hábitos saludables desde edades tempranas, incluir programas de educación para la salud y una cultura de prevención y seguimiento sobre estas problemáticas.
Además, subrayó la importancia de tener una alimentación saludable y balanceada, priorizar un correcto descanso y acudir con los médicos especialistas para consultas de valoración, con el fin de evitar complicaciones a futuro que impidan gozar de un bienestar físico y mental.